El proyecto RECI-PVC cuya investigación ha desarrollado el departamento medioambiental del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja, CTCR, para las empresas Calzados Postigo y Plásticos Karey, se ha centrado en el reciclado de PVC (Policloruro de Vinilo), procedente de residuos originados por diversos productos y su estudio/validación para su incorporación en suelas. Concretamente, se han revalorizado los perfiles de PVC que se generan como residuos después del fin de la vida útil de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs). El proceso de I+D+i, finalizado con éxito, ha consistido en la transformación del residuo y la obtención de la granza de PVC, para, a continuación, desarrollar nuevas formulaciones que han permitido su integración en el proceso productivo (inyección industrial) y posterior validación de las características técnicas para el cumplimiento de los requisitos de la suela. En este sentido, el comportamiento durante la fase de industrialización ha determinado que no se verá apenas modificado, puesto que ningún aspecto significativo de los parámetros del proceso de inyección, temperatura de fusión, tiempos de calentamiento y enfriamiento, etc., se han visto alterados, lo cual confirma su viabilidad técnica sin necesidad de ajustar indicador alguno. Así, el resultado final ha concluido con la obtención de suelas de calzado recicladas, fabricadas con un 40% de PVC, y validadas para su uso como calzado de calle.
En cuanto al procedimiento llevado a cabo para llegar a tal fin, el CTCR se ha implicado de principio a fin, como parte fundamental del proceso investigador: desde la selección de residuos de PVC procedentes de cables y RAEEs y su caracterización a nivel composición, físico y química, hasta la recepción de las muestras que, una vez trituradas en pequeñas partículas, se emplearon para su testeo a nivel laboratorio en las propias instalaciones del Centro Tecnológico, sin olvidar de su adecuación en el entorno industrial. Así, una vez escalado el proceso y comprobada la viabilidad industrial, las nuevas suelas de PVC reciclado fueron sometidas a los ensayos correspondientes en laboratorio, de acuerdo a las normativas específicas y en base al cumplimiento de los requisitos técnicos necesarios para su uso en calzado.
Contexto del proyecto y sus beneficios
En España, las familias consumen 567 millones de kilos anuales de nuevos aparatos de todo tipo y se estima que deberían reciclarse unos 369 millones de kilos cada año, según datos de Ecolec, fundación que trabaja por su recuperación y reciclaje. Asimismo, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señalaba en 2010 que en el mundo se generan 40 millones de toneladas de basura electrónica al año y que el volumen de la chatarra electrónica crece entre un 16% y un 28% cada cinco años, el triple que la basura domiciliaria. Cuando estos aparatos se desechan, se convierten en unos residuos muy contaminantes. La inmensa mayoría contiene sustancias como bromo, cadmio, fósforo o mercurio que pueden ser muy dañinos para la salud y el medio ambiente. Está estudiado que el fósforo de un televisor puede contaminar hasta 80.000 litros de agua o que un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero (GEI) equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros.
Concretamente, el propio material aislante de estos últimos aparatos (habitualmente mezclas de PVC, PE y elastómeros) suele ser enviados al vertedero, provocando un importante impacto medioambiental. Sin embargo, su correcta recuperación permite la consecución de múltiples beneficios, así como ahorro en costes. Al respecto, gracias al proyecto RECI-PVC se ha logrado un aumento del nivel de reciclado de materiales plásticos procedentes de fuentes no renovables, así como el cierre del ciclo de vida, motivando la consecución de una nueva vía de reutilización de las juntas de plástico de frigoríficos, materiales que de otra forma terminarían como deshechos sin posibilidad de uso posterior.
En paralelo al cumplimiento del compromiso ambiental del CTCR y de sus empresas socias, el propio proyecto aporta beneficios económicos derivados de la reducción del precio final de la granza empleada en la industria del calzado.
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